En el año 2001, un joven estudio llamado Bee Train sorprendía gratamente a los aficionados al buen Anime de acción con una obra llamada Noir, que acabaría convirtiéndose en todo un “clásico moderno” por méritos propios, y ello sin contar con un gran presupuesto ni la garantía de estar basado en un manga de éxito. Después hemos visto otras producciones de Bee Train que han abarcado estilos y ambientaciones muy diversas, como .Hack, Tsubasa Chronicle o Murder Princess, pero lo que le ha dado mayor reconocimiento y popularidad a este estudio sin duda ha sido su particular estilo a la hora de presentar y narrar la acción en las series más emblemáticas del estudio, como en la propia Noir y después en sus “sucesoras” naturales, creando un original estilo propio muy característico y fácilmente identificable.
Éstas sucesoras naturales fueron Madlax en el año 2004 y El Cazador de la Bruja en el 2007, conformando lo que suele denominarse entre los fans como la “Trilogía de las chicas con pistolas”, adaptado del popular término anglosajón “Girls & Guns”, que haría referencia a todas esas obras de acción sin tregua que están protagonizadas o tienen una fuerte presencia femenina en los papeles principales, y narran habitualmente tramas de espionaje y de agentes secretos con habilidades increíbles en el manejo de todo tipo de armas, como hemos podido disfrutar también en la reciente serie Canaan, del estudio P.A. Works. (en la que también ha intervenido por cierto Bee Train, aunque en tareas más secundarias).
Pero buena parte del éxito de esta particular “trilogía” (y lo pongo entre comillas porque para que fuera realmente una trilogía debería tener al menos ciertos personajes y argumentos comunes, algo que no tiene), no radica en absoluto en simplemente repetir planteamientos, personajes y situaciones de forma calcada de una obra a otra, sino en otorgar a cada una de las tres series de un carácter propio y diferenciado, que las haga atractivas por sí mismas, y tener tan solo como nexo de unión entre ella ciertas fórmulas y elementos comunes (más a nivel de forma que de fondo, como su tratamiento visual, ritmo narrativo, música y la utilización de algunos temas recurrentes a nivel argumental). La obra de la que hoy quería hablaros como es Madlax, la segunda de esta peculiar “trilogía” de obras de Girls & Guns de Bee Train, se encuentra precisamente a medio camino entre el original estilo que pudimos ver en Noir (tan oscura y seria como su propio nombre) y la más reciente de El Cazador de la Bruja (donde ya se aprecia una notable evolución hacia tramas menos oscuras y un tono cada vez más desenfadado), asemejándose Madlax en líneas generales más a la primera.
La historia de Madlax nos lleva a un mundo alternativo muy similar al nuestro, con países que parece que simplemente tengan el nombre cambiado (como Nafrece, que bien podría ser Francia, o Gazth-Sonika, que perfectamente podría ser cualquier país del sureste asiático como Tailandia). En este peculiar mundo alternativo viviremos las historias de dos jóvenes mujeres sin ninguna aparente relación entre ellas: Margaret Burton, una excéntrica estudiante perteneciente a una adinerada familia, y Madlax, una mortífera mercenaria a la que se le encargan las tareas más arriesgadas. En torno a ellas veremos a un interesante elenco de personajes secundarios como Vanessa Rene (antigua tutora de Margaret y empleada de una importante compañía), Elanore Baker (la sirvienta personal de Margaret, que nos sorprenderá más de una vez con sus habilidades), Carossur Dawn (un inquietante y enigmático ejecutivo que pertenece a la temible sociedad secreta conocida como Enfan) o Rimelda (una francotiradora de élite que llegará a obsesionarse por eliminar a Madlax).
La serie tiene una cierta dualidad, a la hora de ir mostrándonos episodios enteros puramente de acción y aventura (los protagonizados por Madlax), así como también otros fundamentalmente de intriga e investigación (aquellos protagonizados por Margaret), pero a partir de cierto momento ambos se irán entremezclando de una manera muy lograda y los destinos de ambas acabarán marchando juntos, todo ello con un trasfondo de conspiraciones, sociedades secretas (muy en la línea de Noir, al igual que el diseño estético de sus dos protagonistas) y algún que otro elemento sobrenatural de lo más sorprendente, que dota a la serie de un atractivo muy especial.
Los elementos de fantasía en esta serie precisamente son dignos de ser remarcados, pues aunque no parezca en un principio que vayan a ser demasiado importantes (si nos atenemos al planteamiento inicial visto en los primeros episodios), acaban en cambio dominándolo todo en el tramo final de la serie. También es digno de remarcar todo el aspecto visual de la serie, con la utilización de una gama de colores muy acertada para transmitir una cierta sensación de irrealidad y lograr recrear atmósferas recargadas e inquietantes. La música ni que decir tiene que está al nivel de lo que cabe siempre esperar de una autora como Yuki Kajiura, presente en la “trilogía” como uno de los claros elementos comunes a nivel estilístico de las tres obras. El Opening y el Ending de Madlax brillan a un nivel altísimo, así como algunas piezas instrumentales presentes en su banda sonora.
Madlax en líneas generales puede no ser la obra más popular en la citada “trilogía” compuesta por Noir, la propia Madlax y la más reciente El Cazador de la Bruja, pero cuenta con el suficiente atractivo para hacerla de lo más interesante para los aficionados al Anime en general que buscan obras de calidad, y no tan solo entre los fans del Yuri. Precisamente en esta obra es donde el Yuri quizá pueda tener menos importancia aparente en comparación con las otras, pero eso se debe únicamente al no estar centrado en la pareja protagonista como sí ocurría en Noir y en El Cazador de la Bruja. Aún así, la relación que se crea en la serie entre Madlax y Vanessa por una parte (en mi opinión clara y manifiestamente Yuri), y otras más secundarias como la obsesiva fijación de Rimelda por Madlax (que llega a reconocer abiertamente que es amor), o entre Elanore y Margaret a un nivel más espiritual e interpretable, hacen sin duda esta serie de muy recomendado visionado para todos los fans al Yuri. Sin duda un producto de magnífica calidad como ya es costumbre en el notable currículum de Bee Train.
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